He experimentado muchas culturas diferentes en mi vida. La cultura es el conjunto de actitudes compartidas, valores, objetivos y prácticas que caracterizan a una sociedad y / o una organización. La cultura ayuda a dar forma a cómo entendemos nuestro mundo y nuestro lugar en él. Como cristianos, necesitamos saber qué es la cultura cristiana.

Nací en Corea del Sur y crecí en la cultura coreana. También nací en una rectoría y crecí en las iglesias nazarenas. Como resultado, estaba muy familiarizado con nuestra cultura nazarena.

La Cultura del Cielo

A la edad de 18, mientras leía el 53^º capítulo de Isaías, entregué mi vida a Dios y experimenté el trabajo del Espíritu Santo de una manera profunda. En esos momentos, experimenté una cultura celestial a través de la gracia santificadora de Dios.

Más tarde, cuando me alisté en el ejército coreano como es el deber de cada joven coreano, experimenté otra cultura única. Esa cultura era muy diferente de la cultura cristiana que conocía anteriormente.

Después de que fui dado de alta del ejército, fui a Filipinas a asistir al Seminario Teológico Nazareno de Asia-Pacífico, que consiste en miembros de la facultad y estudiantes de varios países con sus propios orígenes culturales. Tuve una oportunidad de experimentar varias culturas diferentes.

Una cultura del Reino común

En Génesis 12, leemos que Dios llamó a Abraham fuera de Ur para ser una bendición para otros. En la extensión, como el pueblo de Dios, estamos llamados a ser una bendición para todas las naciones de la tierra, no importa de qué país somos o a qué cultura a la que pertenecemos. No somos del mundo. Estamos enviados al mundo para ser una bendición. Nuestra misión es construir la cultura del Reino que está compuesta por personas de cada nación, tribu y idioma (Revelaciones 7:9). En este Reino, nuestra cultura debe reflejar la gloria de Dios al mundo mediante buenas obras, permitiendo a otros ver y conocer a nuestro buen Dios.

Como nazarenos, Dios nos está llamando a ser un discípulo como Cristo y hacer discípulos como Cristo en las naciones. Nuestra llamada como nazarenos es tanto a un viaje personal con Dios como también a viajar con otros a lo largo del camino, independientemente de su origen nacional o cultura. Como nazarenos, nuestra identidad cultural está formada por nuestro amor por Cristo y el amor de Cristo por todas las personas, independientemente de su cultura.