"Entonces Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera". (Juan 11:25, NVI)

Consideremos estas palabras del apóstol Pablo: "¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él." (1 Tesalonicenses 4:14, NVI).

Las enseñanzas de Jesús sobre la resurrección de entre los muertos tuvieron un enorme impacto en los cristianos y en su sociedad. En el año 124 d. C., el emperador Adriano de Roma quiso saber más sobre el crecimiento de la fe cristiana. Él preguntó al filósofo griego Arístides: "Háblame de estos cristianos. ¿Qué es lo que hacen?" Arístides respondió: "Cuando uno de los cristianos muere y pasa de este mundo, el resto de los cristianos se regocijan y dan gracias a Dios, y escoltan el cuerpo como si partiera de un lugar a otro, de esta tierra al cielo".

Los primeros cristianos incluso cambiaron el nombre de los lugares de sepultura. Los griegos llamaban "necrópolis" a un lugar de sepultura, que significa "ciudad de cadáveres". Los cristianos empezaron a llamar al suyo "cementerio", que significa "dormitorio de los que duermen". Ellos sabían que los que duermen en Cristo serán despertados un día para vivir con su Señor para siempre.

Aunque la muerte es inevitable, los cristianos saben que la muerte no es una situación permanente. Por sus enseñanzas, milagros e incluso por su propia resurrección, Jesús enseñó claramente la resurrección del cuerpo humano. Dejó claro que, aunque la muerte es real, hay vida después de la muerte y que nuestros cuerpos resucitarán un día por el poder de Dios.

La promesa de la vida eterna no significa nada sin el poder para hacerla realidad. La promesa de vida eterna de Cristo tiene poder porque Él mismo resucitó de entre los muertos. Los que mueren en Cristo serán resucitados corporalmente y tendrán vida eterna por medio de Él.

Sigamos disfrutando de esa maravillosa verdad. Es nuestra esperanza de la Resurrección.

¡Cristo ha resucitado de entre los muertos! ¡Jesús es el Señor!

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