Formación agrícola proporciona seguridad alimentaria en Burundi
Después de que Jackson* perdiera a su madre, se quedó con su padre alcohólico, que se casó nuevamente con una mujer que no quería saber nada de Jackson. Abandonó la casa de su padre y vivió en la calle, haciendo trabajos esporádicos pero sin nunca recibir ingresos regulares. Con el tiempo, Jackson consiguió un trabajo en el campo, recibiendo comida y dinero como pago.
Mientras trabajaba en el campo, Jackson conoció a alguien que le habló de un curso de formación agrícola organizado por Ministerios Nazarenos de Compasión (MNC) de Burundi. Esta formación le permitiría convertirse en un agricultor independiente. Así que Jackson se inscribió en el grupo y empezó a aprender técnicas agrícolas. Este proyecto llegó en el momento oportuno, ya que Jackson aprendió muchas cosas que desconocía. Pronto, él cosecharía su propio maíz.
Jackson se incorporó a la formación del Proyecto Integrado de Seguridad Alimentaria y Resiliencia (IFSR, por su sigla en inglés) en septiembre de 2022. Con su pequeña porción de tierra, podía aumentar la producción utilizando estas nuevas e innovadoras técnicas agrícolas que aprendió y que conservaban la tierra y el agua y devolvían los nutrientes al suelo. A medida que ponía en práctica estos nuevos métodos, Jackson se interesaba más por aumentar sus conocimientos y habilidades como agricultor.
Tras una fructífera temporada de siembra y cosecha, uno de sus vecinos comentó el cambio que había observado en la vida de Jackson y le pidió que les enseñara a participar en esta formación de MNC.
Cuando Jackson recoge sus cosechas, las vende y utiliza parte de los ingresos para mantener a su familia. Jackson ya no tiene problemas para pagar los gastos escolares, médicos o domésticos de sus hijos.
Jackson cultiva ahora hortalizas de calidad y ha comprado una cabra con el dinero que ganó con la cosecha de la temporada pasada. Con sus conocimientos y experiencia, planea empezar a vender semillas a cooperativas y otros agricultores.
"Crecí siendo un niño abatido, pero ahora siento alegría, y ahora me veo a mí mismo de otra manera", dijo Jackson. "Mi futuro parece mucho más brillante. Estoy muy agradecido a Dios por salvarme la vida llevando su evangelio a Burundi para que yo pudiera salvarme".
La labor de la Iglesia del Nazareno en esta comunidad rural está marcando la diferencia.
--Iglesia del Nazareno África.
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