El huracán Ian, una de las tormentas más poderosas registradas en los Estados Unidos, tocó tierra en Florida el 28 de septiembre como una tormenta de categoría 4 con velocidades de viento sostenidas de hasta 155 mph (250 km por hora), un día después de golpear a Cuba.

Para el 6 de octubre, se reportó que más de 100 personas murieron en el camino de la tormenta, que más tarde regresó al mar antes de tocar tierra nuevamente en Carolina del Sur como tormenta de categoría 1 el 30 de septiembre. Miles de personas en Florida quedaron varadas por las inundaciones.

En toda la Florida, varias iglesias nazarenas y casas de pastores sufrieron algunos daños en los edificios, y un pastor fue evacuado de su apartamento a medida que la inundación se elevaba. En el campamento nazareno en Lake Placid, la tormenta causó graves daños a árboles, líneas eléctricas, tuberías de agua, ventanas, techos, puertas e incluso las paredes de un edificio de mantenimiento.

Los nazarenos están actuando con compasión para ayudar a sus comunidades y vecindarios. Incluso antes de la tormenta, las iglesias organizaron a la gente para llenar sacos de arena, ayudar a los vecinos a levantar sus casas, servir en los refugios para tormenta locales y abrir edificios de iglesias como refugios.

Los equipos nazarenos de respuesta a desastres y los remolques ubicados en Florida ayudaron a distribuir lonas y a limpiar los escombros donde las carreteras eran transitables, y algunas iglesias proporcionaron comidas a cualquier persona que necesitara comida o compañía. También se han enviado kits de atención de crisis al Hertz Stadium en Fort Myers, que alberga a los que fueron evacuados.

Brian Wilson, superintendente del Distrito Sur de Florida, dijo que cuidar a las personas en las comunidades más afectadas es una prioridad.

“Nuestra preocupación principal es por la vida de los residentes en estas áreas, y estoy muy orgulloso de nuestras iglesias que han estado extendiendo la mano y sirviendo y ministrando a aquellos que están sufriendo, habiendo perdido miembros de la familia y/o posesiones materiales”, dijo Wilson.

En Cuba, Leonel López informó que muchas familias perdieron sus viviendas y que dos iglesias nazarenas sufrieron graves daños que incluyen techos y paredes derrumbados.

El huracán Ian llegó inmediatamente después del huracán Fiona, que causó destrucción en todo el Caribe, incluyendo Puerto Rico, donde más de 100,000 personas aún no tienen electricidad.

Cómo puede ayudar

Orando

Por favor ore por aquellos que enfrentan la devastación dejada por la tormenta a través de los Estados Unidos y Cuba, especialmente aquellos que han perdido a sus seres queridos y viviendas. Ore por aquellos que todavía están aislados de la ayuda de rescate y aquellos sin electricidad. Ore por la entrega rápida y segura de suministros, incluyendo los refugios, alimentos y medicamentos. Ore por aquellos que son más vulnerables, incluidos los adultos mayores, las personas con discapacidades y las personas que viven en la pobreza. Ore por los líderes de la iglesia y las iglesias que están respondiendo a las necesidades que los rodean. Para enviar una oración o nota de ánimo, ingrese a ncm.org/pray.

Ofrendando

Iglesias e individuos de todo el mundo pueden brindar apoyo a través del Fondo de Respuesta al Huracán Ian. Las donaciones se utilizarán para necesidades inmediatas, como vivienda, agua potable, alimentos y suministros médicos, así como para necesidades a largo plazo en los meses y años venideros.

Para enviar donaciones por correo:

En los EE. UU., haga cheques pagaderos a "General Treasurer" y envíelos a:

Global Treasury Services
Church of the Nazarene
P.O. Box 843116
Kansas City, MO 64184-3116

Asegúrese de poner 140017 en el área de Memo.

En Canadá, haga cheques pagaderos a "Church of the Nazarene Canada" y envíelos a:

Church of the Nazarene Canada
3657 Ponytrail Drive, Mississauga, ON | L4X 1W5

Asegúrese de poner 140017 en el área de Memo.

Para cualquier otro país, dé a través de su iglesia o distrito local, designando su donación al Fondo de Respuesta al Huracán Ian.