Pareja misionera usa el bádminton para integrarse a la comunidad tailandesa
Cuando Terence e Ingrid Lustana comenzaron su trabajo misionero en Tailandia, una mujer en un club de bádminton los ayudó a encontrar el comienzo y el impulso de su ministerio.
A tres días de haber llegado a Tailandia, Terence e Ingrid decidieron que era hora de intentar integrarse en la comunidad. Buscaron la cancha de bádminton más cercana y pronto se encontraron en medio de un callejón oscuro y estrecho. Unos metros más adelante había una puerta bien iluminada desde la cual podían escuchar el sonido de un gallito que era golpeado. Su nivel de emoción comenzó a crecer a medida que se encaminaban hacia el área de recepción de la cancha de bádminton, seguida inmediatamente de un ataque de ansiedad e incomodidad.
“No he hablado tailandés durante cinco años”, dijo Ingrid. "No recuerdo cómo hacer preguntas".
Intentaron comunicarse en inglés, pero, claramente, las personas que trabajaban en el área de recepción no entendieron. Ingrid hizo todo lo posible por recordar su tailandés, pero no tuvo éxito. Terence e Ingrid cruzaron las miradas sin poder hacer nada.
Frustrados, pensaron en volver a casa hasta que una mujer se les acercó, hablando en inglés.
"¡Hola! Hablo inglés”, dijo P'Ning. "¿Vamos a jugar? ¿nos quieren acompañar?"
Desde esa noche, Terence e Ingrid han sido miembros regulares del grupo de bádminton de Ning. Ning y su esposo, Ei, se convirtieron en buenos amigos de los Lustana. En ese momento, Ingrid tenía siete meses de embarazo, por lo que Ning siempre llevaba frutas para que Ingrid las comiera.
Cuando nació el bebé, visitaron a Terence e Ingrid en su casa. Compartieron regalos, comidas, historias y oración. Aunque Ning y Ei tenían practicaban una fe distinta, no se oponían a la oración cristiana.
Mientras Terence e Ingrid continuaban orando por la dirección de Dios en la vida de Ning y Ei, extendieron sus relaciones de amistad con los otros miembros del equipo de bádminton. En poco tiempo, Terence e Ingrid comenzaron a notar el impacto que Dios estaba haciendo en el equipo.
A medida que la relación de los Lustana con el equipo creció, Dios los guió al siguiente paso de este ministerio: a compartir la pasión y la visión con una iglesia local. La pareja sabía que los creyentes tailandeses serían mucho más efectivos para alcanzar al pueblo tailandés para Cristo, por lo que se pusieron en contacto con la Iglesia del Nazareno de Oikos. La pasión y la visión fueron recibidas con gran entusiasmo tanto por el pastor principal Phanom Wongsuriya como por la iglesia.
Rev. Phanom, Ochana, la hija de Phanom, y Rampai Boodsabun, miembro de la iglesia de Oikos, se convirtieron en miembros regulares del grupo de bádminton. Rápidamente establecieron relaciones significativas con los no creyentes del equipo.
“En poco tiempo, ellos han podido establecer conexiones más profundas que en todo el tiempo que estuvimos con el equipo”, afirmaron Terence e Ingrid.
Hoy, Terence, Ingrid y la iglesia de Oikos continúan jugando y orando con sus amigos con los que juegan el bádminton. Todas las noches antes y después de la práctica, Terence e Ingrid oran para que "aunque sea una" persona conozca al Señor. Después de esa, seguirán orando por otro y por otro, hasta que todo el mundo lo conozca.
Esta historia es una adaptación de una versión que apareció originalmente en Around the Region, el boletín regional de Asia y el Pacífico. Para leer el artículo completo, haga clic aquí.