Nargiza recuerda lo que sintió cuando llegó a Cristo en una familia que no le permitía la libertad de explorar su fe.

"Cuando tenía 9 años, estaba jugando con niños en el patio, y alguien se acercó a nosotros y nos invitó a ver la Película Jesús. Después de ver la película, nos dieron literatura cristiana para llevar a casa. Mi familia me dijo que eso estaba mal y que no podía adoptar esta fe. Así que tuve que tirarla".

Nargiza cree que aunque su familia la trató de convencer de que se olvidara de lo que había visto y aprendido acerca de Jesucristo, Dios permaneció cerca de ella durante los años dolorosos que habrían de venir.

"Mientras crecíamos, veíamos a nuestros padres pelear demasiado y finalmente se divorciaron", se expresó. "Así que terminamos viviendo con nuestro papá y abuelos. Mi hermano era mayor que yo, pero mi hermana solamente tenía 5 años. Así que tuve que cuidarla como si fuera su madre. Fue un momento muy, muy difícil en mi vida porque sentí que nadie me amaba y que nadie se preocupaba por mí".

Cuando Nargiza tenía 13 años, intentó suicidarse dos veces por medio de una sobredosis de medicamentos fuertes. En las dos ocaciones, después de ingerir las píldoras, se acostó esperando quedarse dormida y morir, pero 30 minutos más tarde, se despertó y estaba bien.

"¡Qué infeliz me sentía! Me ponía a pensar: 'Dios mío, ni siquiera puedo terminar con mi propia vida'".

De adolescente, una compañera de clase invitó a Nargiza a que la acompañara a la iglesia.

"La primera vez que llegué a ese lugar, sentí amor y aceptación", recuerda Nargiza. "Me quedé con muchas ganas de regresar. Lo disfrutaba mucho".

Nargiza continuó yendo a la iglesia donde aprendió más y más acerca de Dios y su amor por ella. Como resultado, a la edad de 16 años estaba lista para entregar su vida a Dios, y fue bautizada. En una cultura y una familia que tradicionalmente seguían un sistema religioso diferente, la decisión de Nargiza era difícil de entender.

"Cuando mi familia se dio cuenta que me había convertido cristiana, se enojaron mucho y me prohibieron ir a la iglesia. De todos, mi padre era el que más estaba enojado".

Solo el abuelo de Nargiza apoyó su decisión de seguir a Jesús.

"Él nunca criticó a nadie por su fe, y me dijo que estaba contento de que hubiera encontrado un camino verdadero en mi vida.

"Al aceptar a Cristo y a medida que crecía en mi fe, Él me dio fuerzas para testificarle a mi familia y para decirles abiertamente de que estoy con Cristo y que nunca lo dejaré. Cuando le anuncié eso a mi familia, experimenté mucha persecución, especialmente por parte de mi padre".

A pesar de la tensión y el conflicto que existía en su familia a causa de su fe, Nargiza se sentía segura y confiada en el amor que Dios. Eso le dio fuerzas para continuar creciendo en su fe y para  mostrarle amor y compasión a su familia a pesar del rechazo.

"La razón por la que quería suicidarme [antes] es porque creía que nadie me amaba. Pero cuando vine a Cristo, me di cuenta de cuánto me ama. [Así que] no solamente iba a la iglesia, sino que realmente dediqué mi vida a Jesús", se expresó.

Más tarde, estudió y se graduó de un seminario cristiano. Eventualmente, Nargiza fue ordenada en otra denominación. Recientemente ha estado involucrada en el ministerio en la Iglesia del Nazareno local a la que asiste. 

Dios usó el testimonio constante y fiel de Nargiza a su familia.

"[Después] de ver mi vida cristiana por 11 años, mi papá aceptó a Jesús. A lo largo de estos años él vio la diferencia en mi vida y me dijo: 'Creo que hay un Dios'. La diferencia entre mi vida antes de Cristo y después de haberlo aceptado es que tengo esperanza. En medio de todas las dificultades, Dios está conmigo y siento su amor en mi vida".

--Church of the Nazarene Eurasia