Terence e Ingrid Lustaña pasaban noches en las que no podían dormir, así que entendieron que la oración era la única respuesta. Los Lustaña, misioneros que sirven en Bangkok, Tailandia, estaban preocupados por los disturbios civiles en el vecino país de Myanmar y por sus buenos amigos que viven allí.

“Cuando ocurrió la crisis, inmediatamente se convirtió en algo profundamente personal porque tenemos amigos en Myanmar”, dijo Terence. “Asistimos a Asia-Pacific Nazarene Theological Seminary e hicimos amigos birmanos, muy buenos amigos, así que cuando nos enteramos de lo que estaba sucediendo, inmediatamente seguimos los acontecimientos actuales”.

Las protestas comenzaron en Myanmar, antes conocido como Birmania, en febrero después de que un golpe militar derrocara a los funcionarios electos del país. Angustiados y preocupados por la noticia de la violencia en curso, Terence recurrió a una práctica antigua de su iglesia local en Filipinas y organizó una vigilia de oración. La iglesia en Tailandia está demostrando su apoyo al realizar las vigilias cada dos viernes durante dos horas.

Las vigilias son especialmente significativas porque hay una población birmana nazarena que dirige la reunión de oración, lo que hace que la conexión sea aún más fuerte.

“La idea era pedirle a la gente que se uniera para unirse en oración, que permanecieran despiertos con nosotros y que nuestros hermanos y hermanas en Myanmar supieran que estamos aquí”, dijo Terence. “No podemos ir allí, no podemos abrazarlos, no podemos atenderlos cara a cara, pero estamos aquí”.

Los colegas misioneros en el Área Southeast Asia y otros líderes religiosos en la iglesia local apoyaron el plan de los Lustaña.

Las vigilias se transmiten en vivo en la página de Facebook de Nazarene Youth International Southeast Asia Field, y su alcance ya se está ampliando. Aproximadamente 2000 personas se unieron en vivo con 2000 personas adicionales mirando en 24 horas, y los servicios se han compartido en iglesias y capillas alrededor de todo el mundo.

Las congregaciones en América del Norte pueden acompañarnos en oración, solidarizándose con los hermanos y hermanas en Myanmar para que no se sientan solos en este tiempo. Las vigilias también amplifican las voces de los birmanos quienes buscan crear conciencia sobre la situación y unir a personas de todo el mundo.

"Se nos recuerda que la oración no es solo una defensa, sino la primera línea de ofensa", explicó Terence. “No era solo para orar, sino otra forma de mostrarles a nuestros hermanos y hermanas en Myanmar que estamos con ellos, que los apoyamos y que [ellos] no están solos en esta lucha”.

Los Lustaña planean continuar con su calendario de oración de cada dos viernes hasta que la situación en Myanmar mejore.