En mayo, 10 estudiantes y profesores de la Universidad Nazarena de Point Loma fueron a Filipinas como parte del LoveWorks Team, un equipo misionero de estudiantes que sirve junto a las iglesias anfitrionas para ser las manos y los pies de Jesús.

El equipo pasó varios días en la Iglesia del Nazareno General Mariano Alvarez y en el Centro de Desarrollo Infantil Lingap Bata. Allí se unieron para ayudar al ministerio infantil de la iglesia; colaboraron en la creación de un jardín de oración; realizaron un paseo de oración con los miembros y el personal de la iglesia GMA; participaron en visitas de oración a domicilio y asistieron a un servicio religioso. El equipo fue animado e inspirado por los jóvenes líderes de la iglesia.

"Durante mi permanencia en la iglesia GMA, tuve la oportunidad de hacer visitas a domicilio a las familias del centro de desarrollo infantil", dijo Cory Yoshimura, uno de los miembros del equipo. "Esta experiencia fue reveladora y a la vez pesada para mí. Orar por las familias y ver las condiciones de los hogares fue conmovedor".

Yoshimura dijo que las emociones de tristeza, ira, miedo, curiosidad y esperanza fueron prominentes cuando el equipo hizo el análisis de esta experiencia. Se sintió especialmente conmovido al conocer el impacto de la cultura de la vergüenza en Filipinas.

"En uno de los hogares que visité, la madre me pidió disculpas por lo pequeña que era su casa y por el estado de su tejado", dijo Yoshimura. "En esta cultura donde la hospitalidad es tan prominente, sólo puedo imaginar cómo uno puede luchar con la intersección de la hospitalidad y la vergüenza. Oro para que, a través de esta iglesia local, esta madre pueda encontrar la paz sabiendo que su familia es suficiente, su hogar es suficiente; y, lo que es más importante, ella es suficiente a imagen de Dios".

Los días siguientes los pasamos en el Hogar Infantil de Siquem, un centro de evaluación para supervivientes de abusos sexuales y explotación de menores a través de Internet (OSAEC, por sus siglas en inglés).

Los niños dejaron boquiabiertos a los miembros del equipo con su alegría, su amistad, su resiliencia y su ingenuidad.

"Durante nuestro tiempo aquí, pudimos entablar relaciones con los niños, pintar su salón y realizar coloridos murales en sus paredes, y aprender sobre el peligro local de OSAEC", dijo Mary Barnes, miembro del equipo. "Los niños que conocí ocupan un lugar especial en mi corazón; y sé que seguiré echándolos de menos y orando por ellos".

El equipo también visitó varias iglesias plantadas por la Iglesia Río de Vida, donde participó tanto en el ministerio infantil como en proyectos de trabajo.

El pastor Jackson T. Natividad y su equipo compartieron sus ministerios en las comunidades cercanas. Lo que sorprendió gratamente al equipo fue cómo los ministerios desempeñaban un papel tan vital en el apoyo a su comunidad local. Los líderes de la iglesia participan en la comunidad; están presentes para los miembros de su iglesia y son generosos con su tiempo y sus recursos.

Esta es una versión adaptada de un artículo publicado originalmente en el boletín regional de Asia-Pacífico. Para ver el original, haga clic aquí.