Un centro para personas con necesidades especiales en Chile ofrece amor y aceptación
Lorena Noé y su esposo, René, llegaron a la Iglesia del Nazareno en Valparaíso, Chile, hace 11 años. Desde el momento en que aceptaron el pastorado, vieron la necesidad de servir a los niños con discapacidades.
"Mi esposo sintió la necesidad de comenzar este ministerio ya que trabajaba como maestra de necesidades especiales", dijo Lorena.
La congregación estuvo de acuerdo con esta visión, pero en realidad fue hasta el 2011 que un grupo de 10 personas expresó interés en recibir la capacitación necesaria para atender a la comunidad con necesidades especiales.
Después de dos años de capacitación, el ministerio se lanzó oficialmente con el nombre de Mirada de Amor en 2013. El ministerio comenzó a ofrecer talleres de arte, cocina y deportes todos los sábados. También celebraban un tiempo devocional para los padres que tenían niños que asistían al programa.
"Nuestro objetivo era apoyar no solamente a los niños, sino también a sus familias". Dijo Lorena. “Las familias [con necesidades especiales] pasan por momentos de soledad, desesperación y depresión debido al diagnóstico de sus hijos. "Muchos estaban enojados con Dios por el sufrimiento que estaban atravesando, debido a eso, no podíamos compartir el evangelio de una forma tan directa".
Cuando José*, un estudiante con autismo, comenzó a asistir a Mirada de Amor, el pastor René le regaló una Biblia y le dijo que la podía llevarla a la iglesia si su familia decidía asistir.
Todos los días, mientras su familia salía de la casa, José llenaba su mochila con las cosas que necesitaría para ese día. Por varias semanas, José trataba de meter la Biblia en su mochila.
Su madre no permitía que lo hiciera porque sabía que si ponía su la Biblia dentro de su mochila, eso significaría que tendrían que ir a la iglesia. La madre de José sintió tanta presión que después de dos meses, finalmente cedió.
Decidió llevarlo a la iglesia y ese día aceptó a Cristo como su salvador.
"Él disfruta las canciones de adoración, y disfruta estar en la presencia del Señor", dijo Lorena. "Se da cuenta cuando alguien no asiste a la iglesia, y cuando los ve de nuevo, pregunta por qué no han venido a la iglesia".
La madre de José ahora evangeliza y ministra a otras madres que tienen niños con necesidades especiales.
Igor y Carolina, un matrimonio jóven, comenzaron a trabajar como voluntarios en Mirada de Amor en 2013. Años después, cuando su hijo Luis* nació, fue diagnosticado con autismo. Gracias a la experiencia que adquirieron mientras trabajaban en el centro, tenían las herramientas necesarias para cuidarlo.
Luis llega a la iglesia, y aunque a veces usa audífonos porque es sensible a los ruidos fuertes, la congregación ha aprendido a amar a niños como Luis, que requieren un tipo diferente de cuidado. Incluso, él está a cargo de cantar la canción de feliz cumpleaños durante el servicio.
"Él sabe mucho de la Biblia, biología e historia", dijo Lorena. “Creemos que el ministerio le ha ayudado en su formación. [Debido a su diagnóstico] él se sentiría más solo, pero gracias a que asiste a la iglesia y al programa, puede interactuar, hablar y saludar a otros".
Rodrigo* fue diagnosticado con trastorno de oposición desafiante. Había sido expulsado de seis escuelas; nunca había completado un año escolar de manera satisfactoria. En el centro finalmente experimentó aceptación y por primera vez, pudo completar un nivel escolar satisfactoriamente. Su madre no asiste a la iglesia, pero estaba muy agradecida por el apoyo de Mirada de Amor.
"La razón por la que logró esos avances académicos es porque se sintió amado", dijo Lorena. “Podemos tener las mejores estrategias de enseñanza, pero la mejor estrategia es amarlos. Cuando un niño se siente amado y respetado, él o ella aprende mejor".
*Nombres ficticios para proteger su privacidad