La historia de Maniram
En un pequeño pueblo en el centro de la India, Maniram pasaba todos los días aprendiendo a ganarse la vida como brujo.
Un día, él y su esposa, Babita, visitaron a Mithun, el hijo de un brujo, en la ciudad vecina de Jalgaon.
Mithun y su esposa, Radha, eran personas muy hospitalarias. Mientras hablaba con la pareja, Maniram notó una diferencia en su comportamiento y conversación. Comenzó a observarlos y a escucharlos con más cuidado y esto despertó curiosidad por saber de qué se trataba este cambio.
Esa noche después de cenar, Mithun y Radha reunieron a todos en la casa para hacer una oración. Maniram pensó que era un ritual de brujería, pero Mithun y Radha se habían convertido en seguidores de Jesucristo. Compartieron de Jesús y le ayudaron a Maniram y Babita a darse cuenta de que la brujería era peligrosa e incorrecta.
Maniram quería saber más sobre esta nueva forma de pensar e hizo muchas preguntas. La pareja invitó a Maniram y a su esposa a que les acompañaran a la Iglesia del Nazareno y ellos aceptaron.
En la iglesia, participaron cantando canciones de adoración, leyendo las Escrituras y orando por varias cosas. Mientras Maniram y Babita escuchaban el evangelio, Maniram quedó muy impresionado. Tenía más preguntas, así que después del servicio, conversón con el pastor Sudhir Chakre, quien les ayudó entender más de Cristo y oró por ellos.
Esa misma noche, Mithun y Radha le hablaron de Jesús a Maniram y oraron con él nuevamente. Él y su esposa se covencieron por completo de sus malas acciones y le entregaron sus vidas a Jesucristo. Pasaron varios días en Jalgaon aprendiendo más sobre Jesucristo antes de regresar a su aldea.
Maniram era un hombre cambiado y ya no visitaría más al brujo ni practicaría ninguna de sus antiguas costumbres. El brujo estaba furioso y comenzó a amenazar de muerte a Maniram.
Después de que Maniram se negara a volver a su antiguo oficio, el brujo quiso hacerle brujería a él y a su familia, pero ya no tuvo ningún efecto sobre ellos.
Maniram ya había comenzado a compartirle del Señor Jesucristo a otros en su pueblo, y le estaban prestando mucha atención. Maniram oraba por ellos y por sus diversas necesidades, y la gente vio que Dios estaba respondiendo sus oraciones.
Un día la gente del pueblo vino a Maniram y le dijo que una enfermedad estaba causando que todos los cultivos de algodón se volvieran amarillentos. Esto representaba una gran pérdida para ellos. Maniram les dijo que necesitaban orar a Jesús por eso, así que hicieron una vigilia de oración por los campos de algodón. Él los dirigió en oración y le pidió a Dios que sanara sus cultivos y los hiciera blancos nuevamente.
Por la mañana, descubrieron que los cultivos enfermizos ahora estaban blancos. No hubo signos de ninguna enfermedad en el algodón. Las familias se llenaron de alegría y se reunieron con Maniram para darle gracias al Señor Jesucristo.
Les continuó compartiendo a Cristo y les ayudó a darse cuenta de que Cristo no solo cura las enfermedades de los cultivos y del cuerpo humano, sino que lo más importante, Cristo promete una cura para la enfermedad del corazón humano: el pecado.
Hoy en día, alrededor de 40 personas en la aldea creen en Jesús y asisten regularmente al servicio de adoración con Maniram.
Maniram y Babita fueron bautizados y lideran con éxito la congregación. Tienen tres hijos: dos hijas, de 12 y 5 años, y un hijo, de 10 años.