En la República Dominicana, las Iglesias del Nazareno han organizado una respuesta conjunta a causa de la necesidad de alimentos en las comunidades vulnerables. Actualmente, cinco iglesias están trabajando a través del proyecto la Cocina Económica para servir comida caliente a cientos de familias en 11 comunidades.

La Cocina Económica es un proyecto gubernamental que ofrece entregas diarias de alimentos a personas de bajos recursos y personas con riesgo social. Estas personas se encuentran actualmente en sus hogares en respuesta a las instrucciones del ministerio de salud dominicano para combatir COVID-19. Por esa razón, la iglesia se ofreció voluntariamente para llevar la comida provista por el servicio a los hogares de las familias.

En marzo, las iglesias comenzaron a distribuir la comida. Hasta la fecha, han repartido unas 680 comidas calientes por día en las comunidades, "algunas de las cuales están muy lejos y son de difícil acceso", dijo Dhariana Balbuena, coordinadora regional de Ministerios Nazarenos de Compasión.

En algunos casos, los miembros de la iglesia han tenido que viajar en motocicleta para llegar a sus destinos. Las iglesias también han entregado siete rondas de suministros de alimentos no perecederos. Hasta ahora, han entregado 109 paquetes no perecederos.

"Hemos recibido ayuda de diferentes ministerios en la iglesia, de otros creyentes, empresarios, familias y amigos de la comunidad", dijo Deuridis Pérez, presidente de Misiones Nazarenas Internacionales en la Iglesia del Nazareno Alcarrizos. "Es una gran bendición para nosotros como iglesia y como equipo ver la alegría en los niños y las expresiones de agradecimiento de los padres que saben que hoy no tendrán hambre".

Pérez dijo que el equipo está agradecido de ver cómo Dios los está usando para bendecir a su pueblo.

"Vimos niños que llamaban insistentemente a sus padres y les decían: 'Mami, nos trajeron comida'", dijo. “Un niño llamó a la puerta de una casa y dijo: '¡Martin! ¡Martin! ¡Nos trajeron comida! Vimos chicas haciendo té con hojas de naranja en una cocina improvisada, y fue una bendición poder llevarles comida. Un caballero nos dijo: 'Estaba en el piso orando, pidiéndole al Señor que nos enviara comida porque tenemos mucha hambre. Entonces llegaron, porque el Señor los envió.

Según Pérez, la bendición se extendió aún más en algunos casos. Una mujer dijo que planeaba llevar la comida que recibió a su hijo que está en la cárcel. Otra chica dijo: “Denme algo para mi tía. Ella también tiene hambre.

Mientras el equipo distribuía la comida, se encontraron con un caballero que buscaba algo para comer en el bote de basura, y pudieron darle comida fresca.

"Hubo días maravillosos en los que pudimos ayudar a estas familias y ver cómo respetan a su pastor local porque él le da prioridad a los niños", dijo Pérez.

-- Iglesiadel Nazareno Región Mesoamérica