La pandemia de coronavirus ha impactado a las comunidades de todo el mundo de varias maneras, desde la salud física y mental hasta las finanzas y las necesidades básicas. La congregación Shepherdsville First Church of the Nazarene en Shepherdsville, Kentucky, vio cómo su comunidad comenzó a experimentar grandes dificultades y dio un paso al frente para satisfacer la mayor cantidad de necesidades que pudo.

La iglesia ha estado administrando una despensa de alimentos los martes por la noche durante dos años y medio. El programa, en asociación con Feed America, entrega dos cajas de alimentos a familias necesitadas. El ministerio atendió a un promedio de 125 personas por semana durante esos dos años y medio.

"Cuando la pandemia comenzó en marzo, vimos que nuestros números se triplicaron, atendiendo a 350-400 personas por semana desde nuestra despensa", dijo Rob Beckett, pastor de Shepherdsville First.

Beckett realizó una pequeña encuesta para averiguar por qué estaban viendo un aumento tan grande en las solicitudes. Él preguntó: "¿Cómo le ayuda esta comida durante la crisis?" y "¿Qué pasaría si no contara con ella?"

"Las respuestas fueron increíbles", dijo Beckett. "Muchos de ellos respondieron que sin la comida, no podrían alimentar a sus familias lo suficiente porque habían perdido su trabajo".

La ciudad de Louisville anunció que otorgaría fondos de la subvención para el alivio COVID-19, y Beckett solicitó fondos. Utilizó esa ayuda financiera para comprar una camioneta y comenzar a entregar alimentos a las personas que no podían o se sentían incómodas de abandonar la casa.

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"Hay seis iglesias en nuestro condado, y hacen exactamente lo que estamos haciendo, pero nadie estaba haciendo entregas a personas que no pueden salir", dijo Beckett. "La gente me llamaba y me preguntaba si repartíamos los alimentos porque no tenían forma de llegar a la despensa".

Muchas empresas están comenzando a reabrir en el área de Shepherdsville, y el domingo pasado fue el primer servicio religioso en persona en Shepherdsville First desde marzo. Dos familias que recibieron ayuda de la despensa de alimentos asistieron al servicio allí por primera vez, una tendencia que Beckett espera ver más.

Beckett está orgulloso de cuánto ha intensificado su iglesia durante la pandemia y dijo que no lo veía como una "crisis".

“Si vieran cómo respondieron nuestras iglesias: la emoción, el entusiasmo, el afán de querer ayudar, si alguien viera eso, no lo llamaría una crisis; lo llamarían una oportunidad ”, dijo Beckett. “Nuestra gente ha reconocido, visto y respondido ante la oportunidad, y ha traído energía extra a la congregación. Nunca antes me había sucedido, pero ahora tengo que encontrar cosas para que la gente haga".

"Es un buen problema para tener", agregó.